"En la madrugada del 2 de abril de 1982, tropas argentinas que integraban la Operación Rosario recuperaron por la fuerza los derechos soberanos de nuestra nación sobre las Islas Malvinas, Georgias, y Sandwich del Sur al tomar el control de Puerto Argentino (Puerto Stanley), capital del archipiélago tras 149 años de ocupación británica”.

Así comenzó la llamada "Guerra de Malvinas" que finalizó 74 días después, el 14 de junio, cuando las tropas argentinas finalmente se rindieron.  Pero sería muy poco si decimos solo esto. En ese lapso de tiempo los hechos se sucedieron vertiginosamente. En ese 2 de abril de 1982 se registró uno de los acontecimientos más absurdos de la dictadura militar, que fue el desembarco argentino llevado a cabo por la junta, para congraciarse con la población, tratando así de alivianar la presión cada vez más intensa de la sociedad por la falta de respuestas a los problemas económicos y la presión ejercida por las organismos de derechos humanos ante la ya indisimulable desaparición de personas; por estos motivos la junta militar buscó una causa que nos hermanara, nos identificara e hiciera olvidar al menos por un tiempo la situación que se vivía en aquellos días. Sin embargo, debemos saber diferenciar las cosas. Una es la guerra y sus perpetradores y otra muy distinta son los héroes anónimos que murieron y sobrevivieron a esa guerra.  Muchos de los muertos en combate eran jóvenes de no más de 20 años de edad con ninguna experiencia en un campo de batalla y con escasa instrucción militar y a pesar de eso se batieron en combate, de tal manera que bien podrían empequeñecer a cualquier batalla por la independencia. También cabe destacar que, mientras nuestro país seguía el mundial de fútbol de España 1982 y Argentina perdía 1 a 0 frente a Bélgica, soldados argentinos libraban una de las batallas más cruentas de la guerra en la noche del 11 y la madrugada del 12 de junio contra tropas británicas superiores en preparación y tecnología. Tal fue la resistencia de las tropas argentinas que se libró una batalla final a la bayoneta como se hacía en el siglo XIX. Traigo a la memoria esto porque debemos recordar y respetar a éstos argentinos que dieron su vida por la patria, y a los que regresaron que hoy viven entre nosotros, como héroes anónimos, como héroes vivientes. Por último, quiero destacar el deber docente de concientizar a las nuevas generaciones de que Malvinas es una causa justa y que debemos recuperarlas por la vía diplomática, no solo para obtener sus recursos naturales sino también para honrar así a los que lucharon y dieron su vida por la patria que muchas veces tan olvidados están.

A 40 años de la Guerra de Malvinas sostengamos una memoria viva.

Palabras alusivas del Profesor CLAUDIO NIEVA