Breve Reseña Histórica

La escuela en el Tiempo

El Instituto Secundario EL SALVADOR fue creado en el año 1982, fruto de la iniciativa privada, obteniendo la adscripción a la enseñanza oficial en el año 1983. Son sus fundadores, el Cr. Ramón Arturo BARROS y su esposa María Angélica CÁCERES, quienes supieron superar los obstáculos propios de tal emprendimiento para materializar el sueño de fundar una escuela secundaria en el barrio Poeta Lugones.

Por aquellos años, con tantas ilusiones como necesidades, un grupo de profesores con férrea voluntad de trabajo y vocación de servicio decidieron apostar al nacimiento de una institución educativa que cubra las necesidades de nuestra comunidad barrial. Se comenzó con una única sección de primer año, adoptando el plan de estudios de Bachiller-Perito Mercantíl, con 23 alumnos.

Transcurrieron algunos años y, a mediados de los noventa se produjeron reformas educativas estructurales, razón por la cual la institución fue adoptando un nuevo Plan de Estudios. En la actualidad la estructura escolar quedó dividida en dos ciclos: Ciclo Básico (CB) que incluye a primero, segundo y tercer año y Ciclo Especializado (CE) que abarca a cuarto, quinto y sexto año, cuya Espacialidad es Economía y Administración, con una matrícula promedio de 500 alumnos.

Las transformaciones educativas nos llevan hoy a considerar la importancia del trabajo coordinado, en equipos docentes y no docentes. Por esta razón el acento está puesto en la articulación de Áreas y Departamentos donde cada asignatura es entendida como espacios de conocimiento interrelacionado, consensuado y coordinado de forma tal que el estudiante pueda integrar los saberes e incorporar una visión holística del conocimiento aplicado.

Los propósitos, anhelos y la misión de nuestra institución definen el Proyecto Educativo Institucional como el espíritu extraído de la trama, de los procesos de enseñanza-aprendizaje, de la ideología que circula en los rincones de la institución, de la interpretación de lo educativo, de la interrelación entro los actores, de la reflexión crítica de la actuado en los talleres diagnósticos, evaluativos y proyectivos.

Actualmente “El Salvador” ejerce su acción educativa-pedagógica siguiendo los lineamientos de su proyecto curricular resultante del análisis y los acuerdos entre directivos y docentes, definiendo los caminos para llegar a la meta del PEI y especificando los pasos para transitarlo. Entendemos al PCI como corazón y eje central de nuestro Proyecto Educativo.

En el PEI proyectamos nuestra expectativa de logro al finalizar el Ciclo Especializado, formando individuos aptos para el acceso a estudios superiores, capaces de aprendizajes autónomos, autoevaluación, críticos de las realidades socio-político-económico-culturales de nuestro medio, personas capaces de trabajo en equipo, flexibles a las diferencias, conciliativas frente a conflictos, confiados en las competencias ganadas y adquiridas, que sepan aplicarlas a la vida social y laboral. El 90% de nuestros egresados prosiguen estudios superiores.

Actualmente contamos con 12 secciones, laboratorio de físico-química, laboratorio de informática, sala de conferencias y proyecciones, gabinete psicopedagógico y una población estudiantil que supera los 460 alumnos.

Durante los primeros años de la institución los alumnos ingresaron por orden de llegada. Luego, frente a la creciente demanda y el prestigio que fue ganando el instituto, se adoptó como criterio de ingreso el orden de mérito según rendimiento e internalización de contenidos actitudinales. Actualmente los alumnos aspirantes a Primer Año rinden un examen que consta de dos módulos: Matemática y Lengua.

Históricamente, El Salvador se nutrió de alumnos provenientes de la escuela Leopoldo Lugones, en su mayoría. A través de los años la institución fue creciendo en prestigio y aumentando el número de ingresantes de instituciones de barrios colindantes como: Escuela Maestros Puntanos, Instituto Juvenilla, Instituto Ceferino Namuncurá, Primera Junta, Honorato Laconi, entre otras.

Con la incorporación de nuevos preceptores y profesores, el instituto sigue soñando y sembrando empecinadamente, como lo hace el labriego, en la esperanza de que el mañana multiplique lo que hoy desparrama, sin saber lo que decidirán las lluvias, las heladas, los calores… pero sabiendo sí que tiene una misión: SEMBRAR.